Thinking Art & Education
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Education
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La función del artista en la sociedad es dar a conocer el universo, para hacer las preguntas correctas y para elevar la mente”
Founder Sarah P. Roselló
Thinking Art & Education
La función del artista en la sociedad es dar a conocer
el universo, para hacer las preguntas correctas
y para elevar la mente”
Thinking Art & Education
La función del artista en la sociedad es dar a conocer el universo, para hacer las preguntas correctas y para elevar la mente”
Founder Sarah P. Roselló
Thinking Art & Education es el lugar donde profundizar, tratar e investigar en el ser humano, y en cómo
este se desarrolla estando en contacto con las artes en su vida. Desde su nacimiento estando en contacto
o no con la cultura le hará poseer una sensibilidad y educación que lo aleja de la violencia en si.
Educar por la no violencia y defensa de la los derechos humanos a través de las Artes será siempre será
la misión fundamental de este proyecto.
Resulta esencial y necesario para la convivencia entre los seres humanos: la educación, la tolerancia y el
respeto en pleno sigo S.XXI, cuando no sólo avisan los filósofos y grandes pensadores y creadores huma-
nistas de nuestro tiempo, sino que también ahora los científicos muestran con crudeza el declive existen-
te en el coeficiente intelectual medio de las personas en los países desarrollados cuando no debería ser
así.
“ El coeficiente intelectual medio de los paises pobres es más bajo que el de los ricos. Si tienes las necesi-
dades básicas cubiertas, puedes dedicarte a actividades que estimulan el intelecto, pero lleva muchos in-
gredientes más”. Para James Flynn, ( el investigador que creó y describió esta tendencia a partir de los
años 80 en sus escritos para la revista Intellegence), el principal problema es la revolución tecnológica
que promueve el pensamiento abstracto.
“Vivimos en un mundo más complejo y rico, más intelectualmente estimulante. Lo que está claro es que
el cerebro reacciona a las condiciones externas. Nace con una disposición a desarrollar un intelecto. Pero
el contexto matiza esta predisposición, puede favorecerla o empobrecerla”, matiza Roberto Colom, pro-
fesor de Psicología de la Universidad Autónoma de Madrid.
Flynn achaca buena parte del estancamiento de ese tope evolutivo en los países desarrollados a efectos
socio-económicos y también a un abuso excesivo de las nuevas tecnologías.
En su libro: Does Family Make You Smarter?, Flynn asegura que “el entorno familiar puede conferir una
significativa ventaja o desventaja. Si el niño escucha en su hogar conversaciones estimulantes está en
contacto con la naturaleza, juega imaginando, pinta, oye música y ve que los padres leen -y los imita- es
probable que sea más inteligente a nivel coeficiente intelectual y emocionalmente, que otro con potencial
similar pero que vive en una casa conflictiva o en la que no hay nada que leer y ven tele-basura constante-
mente, o les dejan solos jugando horas y horas a videojuegos que algunos no son tolerados para menores
donde se ejerce violencia”.
Acercamos a la sociedad a través del ejemplo de grandes artistas, referentes de cómo se llega a ser un
persona llena de inquietudes creativas y desarrollarlas.
La cultura va intrínseca con la educación, por ello debe ser tan importante para cada país apostar por los
valores renacentistas del ser humano. Las Artes, la filosofía, la música y la literatura fuentes inagotable de
conocimiento y sensibilidad son recursos absorbidos hasta llevarlos acompasados con el conocimiento
de si mismos. Despertando y manteniendo el máximo potencial del ser-humano.
Consideramos el objeto artístico como un poderoso vehículo que facilita la compresión del mundo que
nos rodea y como un elemento simbólico con el que las personas se identifican. Un cambio socio-econó-
mico como el que vivimos en la actualidad influye en la manera de entender la cultura. Así pues, es de vital
importancia para nosotros saber hacia dónde se encaminan las Artes como reflejo de la sociedad.
“Si el siglo XX arrojó como balance la impotencia del pensamiento para responder a las diversas formas
de escisión propiciadas por el avance instrumental del progreso técnico, el siglo XXI no puede comenzar
de otro modo. Hemos perdido el derecho a ser ingenuos. Si algo nos ha enseñado este siglo ha sido la
amarga lección de que no cabe confundir progreso técnico y emancipación política. A la luz de esta ambi-
gua herencia ilustrada, cabe subrayar dos problemas: el problema de la violencia y la fragmentación del
sujeto moderno. Sólo desde un horizonte crítico consciente de la “dialéctica de la ilustración” se podrá
decidir si las categorías y oposiciones sobre las que se ha fundado la política moderna (consenso/violen-
cia; privado/público; poder/legitimación; vida/muerte) han de ser abandonadas o transformadas. Sea
como fuere, el siglo XXI comienza con la sospecha de que la violencia, expulsada a ser “lo-otro”, habita
demasiado cerca de nuestras más confortables seguridades.Pese a todo, no hay motivos para desespe-
rarse. Todo lo contrario. La tan pregonada crisis de valores (¿crisis de qué valores?) no puede servir de
coartada para el “todo vale”. Ese supuesto hueco legitimatorio debe ser habitado críticamente y con cu-
riosidad. La nueva filosofía ilustrada es consciente de que el tecnócrata no puede ni debe tener la última
palabra sobre el destino de nuestra cultura. Sólo cuando se disipan las sombras teológicas de la transcen-
dencia, puede irrumpir la claridad eufórica de lo vivo. Es entonces cuando surge en el nuevo horizonte fi-
losófico la vibrante tensión de la actualidad:¿quiénes somos nosotros hoy?”
Germán Cano (Madrid, 1969) es doctor en Filosofía y autor de los libros Nietzsche y la crítica de la moder-
nidad (Biblioteca Nueva, 2000)
Thinking Art & Education es el lugar donde profundizar, tratar e investigar en el ser humano, y en cómo este se desarrolla estando en contacto con las artes en su vida. Desde su nacimiento estando en contacto o no con la cultura le hará poseer una sensibilidad y educación que lo aleja de la violencia en si.
Educar por la no violencia y defensa de la los derechos humanos a través de las Artes será siempre será la misión fundamental de este proyecto.
Resulta esencial y necesario para la convivencia entre los seres humanos: la educación, la tolerancia y el respeto en pleno sigo S.XXI, cuando no sólo avisan los filósofos y grandes pensadores y creadores huma- nistas de nuestro tiempo, sino que también ahora los científicos muestran con crudeza el declive existen- te en el coeficiente intelectual medio de las personas en los países desarrollados cuando no debería ser así.
“ El coeficiente intelectual medio de los paises pobres es más bajo que el de los ricos. Si tienes las necesi- dades básicas cubiertas, puedes dedicarte a actividades que estimulan el intelecto, pero lleva muchos in- gredientes más”. Para James Flynn, ( el investigador que creó y describió esta tendencia a partir de los años 80 en sus escritos para la revista Intellegence), el principal problema es la revolución tecnológica que promueve el pensamiento abstracto.
“Vivimos en un mundo más complejo y rico, más intelectualmente estimulante. Lo que está claro es que el cerebro reacciona a las condiciones externas. Nace con una disposición a desarrollar un intelecto. Pero el contexto matiza esta predisposición, puede favorecerla o empobrecerla”, matiza Roberto Colom, pro- fesor de Psicología de la Universidad Autónoma de Madrid.
Flynn achaca buena parte del estancamiento de ese tope evolutivo en los países desarrollados a efectos socio-económicos y también a un abuso excesivo de las nuevas tecnologías.
En su libro: Does Family Make You Smarter?, Flynn asegura que “el entorno familiar puede conferir una significativa ventaja o desventaja. Si el niño escucha en su hogar conversaciones estimulantes está en contacto con la naturaleza, juega imaginando, pinta, oye música y ve que los padres leen -y los imita- es probable que sea más inteligente a nivel coeficiente intelectual y emocionalmente, que otro con potencial similar pero que vive en una casa conflictiva o en la que no hay nada que leer y ven tele-basura constante- mente, o les dejan solos jugando horas y horas a videojuegos que algunos no son tolerados para menores donde se ejerce violencia”.
Acercamos a la sociedad a través del ejemplo de grandes artistas, referentes de cómo se llega a ser un persona llena de inquietudes creativas y desarrollarlas.
La cultura va intrínseca con la educación, por ello debe ser tan importante para cada país apostar por los valores renacentistas del ser humano. Las Artes, la filosofía, la música y la literatura fuentes inagotable de conocimiento y sensibilidad son recursos absorbidos hasta llevarlos acompasados con el conocimiento de si mismos. Despertando y manteniendo el máximo potencial del ser-humano.
Consideramos el objeto artístico como un poderoso vehículo que facilita la compresión del mundo que nos rodea y como un elemento simbólico con el que las personas se identifican. Un cambio socio-econó- mico como el que vivimos en la actualidad influye en la manera de entender la cultura. Así pues, es de vital importancia para nosotros saber hacia dónde se encaminan las Artes como reflejo de la sociedad.
“Si el siglo XX arrojó como balance la impotencia del pensamiento para responder a las diversas formas de escisión propiciadas por el avance instrumental del progreso técnico, el siglo XXI no puede comenzar de otro modo. Hemos perdido el derecho a ser ingenuos. Si algo nos ha enseñado este siglo ha sido la amarga lección de que no cabe confundir progreso técnico y emancipación política. A la luz de esta ambi- gua herencia ilustrada, cabe subrayar dos problemas: el problema de la violencia y la fragmentación del sujeto moderno. Sólo desde un horizonte crítico consciente de la “dialéctica de la ilustración” se podrá decidir si las categorías y oposiciones sobre las que se ha fundado la política moderna (consenso/violen- cia; privado/público; poder/legitimación; vida/muerte) han de ser abandonadas o transformadas. Sea como fuere, el siglo XXI comienza con la sospecha de que la violencia, expulsada a ser “lo-otro”, habita demasiado cerca de nuestras más confortables seguridades.Pese a todo, no hay motivos para desespe- rarse. Todo lo contrario. La tan pregonada crisis de valores (¿crisis de qué valores?) no puede servir de coartada para el “todo vale”. Ese supuesto hueco legitimatorio debe ser habitado críticamente y con cu- riosidad. La nueva filosofía ilustrada es consciente de que el tecnócrata no puede ni debe tener la última palabra sobre el destino de nuestra cultura. Sólo cuando se disipan las sombras teológicas de la transcen- dencia, puede irrumpir la claridad eufórica de lo vivo. Es entonces cuando surge en el nuevo horizonte fi- losófico la vibrante tensión de la actualidad:¿quiénes somos nosotros hoy?”
Germán Cano (Madrid, 1969) es doctor en Filosofía y autor de los libros Nietzsche y la crítica de la moder- nidad (Biblioteca Nueva, 2000)
Thinking Art & Education es el lugar donde profundizar, tratar e investigar en el ser humano, y en cómo este se desarrolla estando en contacto con las artes en su vida. Desde su nacimiento estando en contacto o no con la cultura le hará poseer una sensibilidad y educación que lo aleja de la violencia en si.
Educar por la no violencia y defensa de la los derechos humanos a través de las Artes será siempre será la misión fundamental de este proyecto.
Resulta esencial y necesario para la convivencia entre los seres humanos: la educación, la tolerancia y el respeto en pleno sigo S.XXI, cuando no sólo avisan los filósofos y grandes pensadores y creadores huma- nistas de nuestro tiempo, sino que también ahora los científicos muestran con crudeza el declive existen- te en el coeficiente intelectual medio de las personas en los países desarrollados cuando no debería ser así.
“ El coeficiente intelectual medio de los paises pobres es más bajo que el de los ricos. Si tienes las necesi- dades básicas cubiertas, puedes dedicarte a actividades que estimulan el intelecto, pero lleva muchos in- gredientes más”. Para James Flynn, ( el investigador que creó y describió esta tendencia a partir de los años 80 en sus escritos para la revista Intellegence), el principal problema es la revolución tecnológica que promueve el pensamiento abstracto.
“Vivimos en un mundo más complejo y rico, más intelectualmente estimulante. Lo que está claro es que el cerebro reacciona a las condiciones externas. Nace con una disposición a desarrollar un intelecto. Pero el contexto matiza esta predisposición, puede favorecerla o empobrecerla”, matiza Roberto Colom, pro- fesor de Psicología de la Universidad Autónoma de Madrid.
Flynn achaca buena parte del estancamiento de ese tope evolutivo en los países desarrollados a efectos socio-económicos y también a un abuso excesivo de las nuevas tecnologías.
En su libro: Does Family Make You Smarter?, Flynn asegura que “el entorno familiar puede conferir una significativa ventaja o desventaja. Si el niño escucha en su hogar conversaciones estimulantes está en contacto con la naturaleza, juega imaginando, pinta, oye música y ve que los padres leen -y los imita- es probable que sea más inteligente a nivel coeficiente intelectual y emocionalmente, que otro con potencial similar pero que vive en una casa conflictiva o en la que no hay nada que leer y ven tele-basura constante- mente, o les dejan solos jugando horas y horas a videojuegos que algunos no son tolerados para menores donde se ejerce violencia”.
Acercamos a la sociedad a través del ejemplo de grandes artistas, referentes de cómo se llega a ser un persona llena de inquietudes creativas y desarrollarlas.
La cultura va intrínseca con la educación, por ello debe ser tan importante para cada país apostar por los valores renacentistas del ser humano. Las Artes, la filosofía, la música y la literatura fuentes inagotable de conocimiento y sensibilidad son recursos absorbidos hasta llevarlos acompasados con el conocimiento de si mismos. Despertando y manteniendo el máximo potencial del ser-humano.
Consideramos el objeto artístico como un poderoso vehículo que facilita la compresión del mundo que nos rodea y como un elemento simbólico con el que las personas se identifican. Un cambio socio-econó- mico como el que vivimos en la actualidad influye en la manera de entender la cultura. Así pues, es de vital importancia para nosotros saber hacia dónde se encaminan las Artes como reflejo de la sociedad.
“Si el siglo XX arrojó como balance la impotencia del pensamiento para responder a las diversas formas de escisión propiciadas por el avance instrumental del progreso técnico, el siglo XXI no puede comenzar de otro modo. Hemos perdido el derecho a ser ingenuos. Si algo nos ha enseñado este siglo ha sido la amarga lección de que no cabe confundir progreso técnico y emancipación política. A la luz de esta ambi- gua herencia ilustrada, cabe subrayar dos problemas: el problema de la violencia y la fragmentación del sujeto moderno. Sólo desde un horizonte crítico consciente de la “dialéctica de la ilustración” se podrá decidir si las categorías y oposiciones sobre las que se ha fundado la política moderna (consenso/violen- cia; privado/público; poder/legitimación; vida/muerte) han de ser abandonadas o transformadas. Sea como fuere, el siglo XXI comienza con la sospecha de que la violencia, expulsada a ser “lo-otro”, habita demasiado cerca de nuestras más confortables seguridades.Pese a todo, no hay motivos para desespe- rarse. Todo lo contrario. La tan pregonada crisis de valores (¿crisis de qué valores?) no puede servir de coartada para el “todo vale”. Ese supuesto hueco legitimatorio debe ser habitado críticamente y con cu- riosidad. La nueva filosofía ilustrada es consciente de que el tecnócrata no puede ni debe tener la última palabra sobre el destino de nuestra cultura. Sólo cuando se disipan las sombras teológicas de la transcen- dencia, puede irrumpir la claridad eufórica de lo vivo. Es entonces cuando surge en el nuevo horizonte fi- losófico la vibrante tensión de la actualidad:¿quiénes somos nosotros hoy?”
Germán Cano (Madrid, 1969) es doctor en Filosofía y autor de los libros Nietzsche y la crítica de la moder- nidad (Biblioteca Nueva, 2000)